El aceite de caléndula se utiliza para mejorar la textura de la piel reseca, agrietada y escamada, proporcionando elasticidad e hidratación a la piel.
El aceite esencial de caléndula se extrae de las flores de esta planta, secándolas inmediatamente después de su recolección a una temperatura que no supere los ochenta grados centígrados.
Por sus características calmantes y regeneradoras de tejido es muy utilizado en formulaciones destinadas a evitar la aparición de rozaduras, quemaduras solares y en productos para niños, debido a la suavidad que aporta.